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La cultura del agua, un patrimonio muy vivo en Sóller

Típica fuente de Sóller

El agua, capaz de moldear nuestro planeta, convirtiendo a la montaña más alta en un montón de polvo, es el elemento esencial para la vida. Por eso, des de tiempos inmemoriales, ha sido junto al fuego, la tierra y el aire,  uno de los elementos más importantes de nuestro planeta. Además, sus propiedades naturales fueron convirtiéndolo en algo más que un simple elemento nutricional, sino en un importante componente religioso, económico y cultural. El agua es símbolo de purificación en la mayoría de culturas, como es elcaso de las abluciones en los ritos  islámicos o  el bautismo en la religión cristiana. En cambio, en la actualidad, este elemento vital se ha transformado en un producto más de nuestro mundo capitalista. Aun recuerdo el comentario que una vez me hizo mi abuelo “Una de las cosas que más me sorprende de este mundo moderno, en comparación con mi época,  es el hecho de tener que pagar por el agua”.

Helechos que aprovechan la gran humedad del valle para germinar

El agua ha sido des de siempre la necesidad más básica para el ser humano, los animales y las plantas.  Estos han visto condicionada su existencia ante la necesidad de proveerse de este elemento,  por eso cada uno  a desarrollado un sinfín de estrategias para abastecerse de este preciado líquido. Unos evolucionaron desarrollando grandes reservas en sus espaldas, como los dromedarios. Otros optaron por las raíces, como las plantas. En cambió, el ser humano optó por su mejor arma adaptativa, la cultura.

Barranquismo en el Torrente de na Mora (Sóller)

Un claro ejemplo cultural y de adaptación a la necesidad del agua lo encontramos en la Sierra de Tramuntana, más concretamente, en el fértil valle de Sóller. La importancia del agua para las necesidades básicas de nuestra subsistencia  (comer y beber) desembocó en lo que actualmente denominamos, una cultura del agua. La creación de una importante red de fuentes y acequias para proveer a las gentes y a los huertos tiene su origen en la ocupación islámica de la isla de Mallorca. Estos, muchos de ellos provenientes de zonas áridas, acumulaban una sabiduría única en cuanto a la gestión del agua, que aplicaron a nuestra tierra. Por eso, con una simple visita al valle de Sóller  podremos gozar de un impresionante patrimonio hidráulico y una gran riqueza natural. Huertos llenos de naranjos y árboles frutales, fuentes y acequias que nos deleitan con su fresca agua en cada esquina, y unos impresionantes  torrentes para practicar el barranquismo.

No hay mejor época que la actual, con la llegada de las primeras lluvias, para ver renacer este bello rincón del letargo del verano.












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