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La cultura del agua, un patrimonio muy vivo en Sóller (II). El patrimonio y la ingeniería hidráulica.

Fuente des Carcolés

En el valle de Sóller, como en toda la isla de Mallorca, ha existido una gran preocupación por el abastecimiento y almacenaje del agua, elemento básico para la actividad ganadera y agrícola. Debemos de tener en cuenta los grandes contrastes climáticos que ofrece nuestra región, abundante agua en otoño y sequía en verano, elementos que condicionaron las estrategias de subsistencia de nuestros ancestros. Desde tiempos remotos se pusieron en práctica un gran nombre de estrategias destinadas al abastecimiento de este preciado líquido.  Pero fue, sin duda, la cultura islámica la que desarrollo la ingeniería más compleja  que ha perdurado hasta nuestros días.

El valle de Sóller, ubicado en el mismo corazón de la Serra de Tramuntana,  es donde encontramos los ejemplos de ingeniería hidráulica más importantes e espectaculares de toda la isla,encontrándose la mayoría aun en uso 800 años después de su construcción. La razón se explica por las características topográficas, morfológicas y climáticas de nuestro valle, que lo hacen idóneo para el cultivo de hortalizas y cítricos. Esto lo tuvieron muy presente los musulmanes que, con la construcción de fuentes, bancales, estanques y una enorme red de acequias, pudieron sacar el máximo rendimiento a nuestra tierra.

Fuente des Salt de Bálitx

La ingeniería hidráulica se basa en tres pilares básicos, uno corresponde al sistema de captación del agua, un segundo al sistema de transporte y por último, al sistema de almacenaje.

En cuanto al sistema de captación encontramos tres tipologías básicas. El primero corresponde a las fuentes naturales que fluyen por si mismas en la superficie, las cuales no implican una ingeniería demasiado relevante para la obtención de agua. En cambio, el segundo ejemplo, los pozos, supone la necesitad de perforar el suelo en busca de bolsas subterráneas de agua, labor complicada y peligrosa.  Pero el sistema por excelencia, introducido por la cultura islámica, es el “qanat” o más conocido como “fuente de mina”.  Esta construcción consiste en la realización de una gran trinchera (llegando en algunos casos a centenar de metros tierra adentro) en busca de vetas de agua. Una vez finalizada esta, se forra y se cubre con la técnica de la “pedra en sec” a modo de gran pasillo abovedado. En el suelo, en la zona central,  discurre una pequeña canaleta que va desde el punto donde fluye el agua hacia el exterior.

Vista interior qanat Bálitx d’enmig

El agua extraída, a través de uno de estos tres sistemas de captación, será conducida y redirigida mediante una importante red de acequias (sistema de transporte) a lo largo de todo el valle. Las acequias principales podían estar hechas con maderas, piedras y argamasa o tejas. Su destino podía ser variado, aquí es donde entra el sistema de almacenaje. El destino más simple seria su fin como agua de riego, pero en muchas ocasiones antes era almacenada. Normalmente esta se guardaba en aljibes o estanques  como reserva para los meses de sequía.

Para gestionar y mantener este complejo sistema hidráulico, en el valle de Sóller, se creó un Sindicato de Regantes en el siglo XIX, ya que había innumerables disputas por el uso y control del agua. Tenemos que tener en cuenta que muchas fuentes eran de uso comunal entre varios propietarios y cada uno de ellos disponía de unas horas semanales de agua. Para controlar el estricto cumplimiento por parte de los propietarios, se creó la figura del “siquier”, oficio que hoy en día aun perdura.

Solo en el valle de Sóller hay casi 200 fuentes que, conjuntamente con toda la ingeniería del agua relacionada,  hacen de Sóller la cuna del patrimonio hidráulico de la Isla.

 

 

 












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